Pues eso...
8.28.2010
8.27.2010
Ser vulgar
Edward Hopper. Room in New York, 1932.
Llega hasta ella otra vez la luz del día,
dibuja en la penumbra su figura
que abstraída rehace la coleta,
un gesto que antes era
prodigio, maravilla, qué sé yo
y hoy mis ojos ingratos
de tanto verlo entienden ordinario.
Se acerca, adiós, un beso.
Me abandona y se lleva silenciosa
la luz y yo me arrastro hasta el calor
que moroso se muere entre la almohada,
porque imagino el día que me espera
más vulgar que el que supo Gil de Biedma.
Llega hasta ella otra vez la luz del día,
dibuja en la penumbra su figura
que abstraída rehace la coleta,
un gesto que antes era
prodigio, maravilla, qué sé yo
y hoy mis ojos ingratos
de tanto verlo entienden ordinario.
Se acerca, adiós, un beso.
Me abandona y se lleva silenciosa
la luz y yo me arrastro hasta el calor
que moroso se muere entre la almohada,
porque imagino el día que me espera
más vulgar que el que supo Gil de Biedma.
8.25.2010
A una mujer casada
Dara Park, Africa Journal - Vignette, 2009
Lamento que te falten tantas cosas
que aunque tú no las nombres, las conozco;
que tan sólo te vengan de improviso:
cansancio, madrugones, esas canas,
las arrugas que nacen con los años
poco a poco colmados de renuncias.
Y podría buscar algún consuelo
ya sabes, el amor o historias de esas,
que sirven desde siempre en estos casos.
Pero yo te conozco, qué remedio,
usar la misma cama es lo que tiene,
y si algo sé de ti es que no eres boba
que excusas de este tipo no te bastan
Así que sólo puedo disculparme
decirte que traté de ser mejor,
más alto, más valiente, rico, pero
no supe hacerlo o, bien, no me dejaron
(que a estas alturas eso poco importa)
confiando en que tú jamás adviertas
que alguno que te quiso lo ha logrado,
ni que pienses en uno de esos días
en que la vida buena es la de otros
que elegiste un camino equivocado.
que aunque tú no las nombres, las conozco;
que tan sólo te vengan de improviso:
cansancio, madrugones, esas canas,
las arrugas que nacen con los años
poco a poco colmados de renuncias.
Y podría buscar algún consuelo
ya sabes, el amor o historias de esas,
que sirven desde siempre en estos casos.
Pero yo te conozco, qué remedio,
usar la misma cama es lo que tiene,
y si algo sé de ti es que no eres boba
que excusas de este tipo no te bastan
Así que sólo puedo disculparme
decirte que traté de ser mejor,
más alto, más valiente, rico, pero
no supe hacerlo o, bien, no me dejaron
(que a estas alturas eso poco importa)
confiando en que tú jamás adviertas
que alguno que te quiso lo ha logrado,
ni que pienses en uno de esos días
en que la vida buena es la de otros
que elegiste un camino equivocado.
8.20.2010
Calle Limón, Calle Jacometrezo
Imagen tomada de la web del partido Carlista (www.partidocarlista.com)
Ha muerto Don Carlos Hugo de Borbón Parma, quien trató de fundar un partido político de corte izquierdista y federalista a partir del carlismo. No le fue muy bien.
A mí siempre me será entrañable Don Carlos Hugo, porque me recordará a mi tíos y a mi padre que anduvieron metidos en el Partido Carlista de la Calle Limón por aquellos años. También guardaré en mi memoria cómo les divertía a mis mayores verme en el restaurante Garrido de la calle Jacometrezo lanzar a pleno pulmón (pulmón de niño de escasos años) el grito: "Carlos Hugo, libertad" ante el estupor de algunos clientes y las risas de los conocidos.
Dios lo tenga en su Gloria.
A mí siempre me será entrañable Don Carlos Hugo, porque me recordará a mi tíos y a mi padre que anduvieron metidos en el Partido Carlista de la Calle Limón por aquellos años. También guardaré en mi memoria cómo les divertía a mis mayores verme en el restaurante Garrido de la calle Jacometrezo lanzar a pleno pulmón (pulmón de niño de escasos años) el grito: "Carlos Hugo, libertad" ante el estupor de algunos clientes y las risas de los conocidos.
Dios lo tenga en su Gloria.
8.19.2010
Una canción muy antigua
Subimos a tu casa amaneciendo,
vacías y húmedas las calles,
aturdidos aún por los excesos.
Rebuscaste entre tus discos,
me dijiste,
Es ésta, a mí me encanta.
Y mientras sonaba tu canción,
en aquel piso,
pequeño, sucio, compartido,
nos fue dado
uno de esos momentos tan escasos
en los cuales es posible
que ocurra cualquier cosa;
entonces nos miramos y supimos
que era muy tarde,
que todo lo que podía
habernos sucedido
ya había pasado
sin casi darnos cuenta.
vacías y húmedas las calles,
aturdidos aún por los excesos.
Rebuscaste entre tus discos,
me dijiste,
Es ésta, a mí me encanta.
Y mientras sonaba tu canción,
en aquel piso,
pequeño, sucio, compartido,
nos fue dado
uno de esos momentos tan escasos
en los cuales es posible
que ocurra cualquier cosa;
entonces nos miramos y supimos
que era muy tarde,
que todo lo que podía
habernos sucedido
ya había pasado
sin casi darnos cuenta.
8.17.2010
Sueño húmedo
Parece ser que los papás de la patria planean subirnos los impuestos; todo sea por tener mejores servicios. Ya lo explicó, antes y mejor, Fernando Márquez.
Sueño húmedo
Amoche soñé que te acercabas
sigilosa hasta mi espalda
Me tomabas de los hombros.
Me empujaste a la piscina.
Sueño húmedo
Amoche soñé que te acercabas
sigilosa hasta mi espalda
Me tomabas de los hombros.
Me empujaste a la piscina.
8.15.2010
Pablo Casares en youtube
Esta red, tan densa y pegajosa como aquella selva birmana de las películas de guerra, nos reserva sorpresas. Una tarde, apartas unas ramas de grandes y verdes hojas y descubres sorprendido un poema de Pablo Casares.
En youtube, leen su poema, Ahí fuera, con alguna variación con respecto al publicado en el libro"Días prestados"
El publicado dice:
Ten en cuenta que en esta noche,
a medida que vas construyendo algún verso,
intentando dar con la palabra justa, ésa
que capture con sentido el trance del tiempo,
ahí fuera,
no lo olvides,
están jugando a vivir
Ahora, el declamado en el vídeo, en el que se incluye un verso más.
En youtube, leen su poema, Ahí fuera, con alguna variación con respecto al publicado en el libro"Días prestados"
El publicado dice:
Ten en cuenta que en esta noche,
a medida que vas construyendo algún verso,
intentando dar con la palabra justa, ésa
que capture con sentido el trance del tiempo,
ahí fuera,
no lo olvides,
están jugando a vivir
Ahora, el declamado en el vídeo, en el que se incluye un verso más.
Etiquetas:
Pablo casares,
Poesía en la manigua
8.13.2010
La gente
J. despotrica en el café. Sus frases las he escuchado ya miles de veces en otras bocas, defiende un idealismo sin ideas, una espiritualidad desde la nada. (En esta sociedad sólo prima el dinero, la gente vive de cara a la galería, la apariencia externa, el todorterreno, viven para el trabajo...) Yo le doy la razón sin mucho interés, estoy convencido de que ese tipo de discusiones son inútiles y sólo pueden llevar a perder el tiempo y, a lo peor, a ganar enemistades. En realidad, comparto algunos de sus puntos vista, otros no y unos pocos los entiendo de forma parecida, aunque partiendo de otros presupuestos. Ya en soledad concluyo para mí: ni siquiera vivimos en una sociedad de consumo, deambulamos por un consumo de suciedad.
´
Richard Estes, Lunch specials, 2001
8.12.2010
Un amigo
8.11.2010
8.10.2010
El desamor
El párroco de mi pueblo organiza un mercadillo de libros en los meses de verano. Mi pueblo sigue siendo, aunque ya mucho menos, un pueblo de veraneo y en estas fechas aumenta mucho su población.
La cuestión es que todos los años me doy una vuelta por el jardín de la iglesia y salgo con algún libro debajo del brazo. En esta ocasión encontré una antología de poesía romántica española. En la primera página habían escrito la siguiente dedicatoria:
Para L.
Espero que te guste mucho y que te hinches a poesía. Para la pelirroja más guapa y más simpática.
T.Q.
De C. que te quiere un montón.
Esto es por el tiempo que llevamos y por el que llevaremos...
Parece que a la pelirroja más guapa no le gustó la poesía romántica o dejó de gustarle C. (o tal vez, las dos cosas).
8.09.2010
Variación sobre un poema de Karmelo Iribarren
Te sientas en una terraza
a tomar algo.
A pocos metros de ti,
niños y niñas patinan, saltan
a la comba, se pelean...
Enciendes un cigarro,
fumas plácida-
mente. Al fin llega
la cerveza: en su punto,
espumeante, fresca.
Cierras los ojos
y "esto es felicidad",
te dices.
y "esto es felicidad",
te dices.
Luego, pides la cuenta,
pagas
y dejas libre la mesa.
pagas
y dejas libre la mesa.
El poema original, del que sólo he cambiado los tres últimos versos, se puede encontrar por ejemplo, aquí.
Me gustan algunos poemas de Karmelo Iribarren, me gusta su sentido del humor, su perfecta continencia y su capacidad de observación. En éste, sin embargo, me chirría el final porque lo encuentro demasiado previsible, algo simplón. No digo yo que el mío sea mejor, Dios me libre, pero sí creo que da otra posible respuesta al porqué de la fragilidad de los momentos felices, o, más bien, de esos momentos en los que llegamos a vislumbrar las orillas de la felicidad.
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