1.28.2011

Las cinco estaciones

Paseas por la red (en realidad, saltas) y en uno de los saltos descubres un poema que te gusta y disfrutas.

Así ha sucedido con este poema publicadopor Jesús Miramón en su blog (http://www.lascincoestaciones.blogspot.com/) el 10 de noviembre de 2009



La vuelta al mundo

Como los presos que recorren
la celda arriba y abajo
contando sólo los pasos,
no las idas y venidas,
no el muro, sólo
los pasos hasta haber
dado la vuelta al mundo.






Anne Packard, Cielo de Otoño

1.27.2011

Misantropía

La modernidad y yo: Mucho de lo que veo no lo entiendo; la mayor parte de lo que entiendo, no me gusta.




1.26.2011

Virtudes

Marina es un sol: es obediente, es buena, cariñosa, no se pelea... El profesor enumera, creo que sincero, las supuestas virtudes de Marina. Ella, mientras tanto, disimula y hace como que baila o mira algún mural de los que hay en las paredes. Sé que se está enterando y nota mi turbación, y sospecho que debe de tener otras virtudes que no conocíamos.



John Singer Sargenet, Las hijas de Edward Darley Boit, 1882

1.25.2011

Minimizar

Agujeros negros, fisiones, multiversos, antimateria, bariogénesis, galaxias de nucleo activo.... Todo esto está en tus manos, en un grano de mostaza.





Jacob Collins, Perfil de Candace, 2004

1.24.2011

Los primeros

Los libros, como los besos: Ninguno como los primeros.

Thomas Pollock Anshutz, Niño leyendo: Ned Anshutz, 1900

1.21.2011

Duda

¿Por qué, en ocasiones, hacemos preguntas que ya conocemos su respuesta?

1.18.2011

Paracetamol

Ropa sucia, averías,
facturas de la luz,
la boda de algún primo,
la mopa, las pelusas,
el paracetamol,
llantos, publicidad,
perder el autobús,
aceite en la sartén,
bolsas llenas de basura
y tantas, tantas cosas
con las que no contamos
al discurrir el futuro
y hoy recorren nuestros días
sin dejar casi espacio
para la vida.



Theodore Roussel, "Muchacha leyendo", 1887

1.15.2011

Después de varias semanas de mal tiempo, por fin, una mañana soleada. Por el camino, dos perros me ladran amenazantes detrás de una valla. Los miro con cierto temor y prosigo mi ruta. Salgo de la carretera y asciendo una cuestecilla embarrada; tropiezo con una piedra y casi me voy al suelo de bruces. Cuando recupero el equilibrio y retomo la marcha, veo a dos niños que juegan sobre unas peñas. Uno me apunta imitando un arma con un palo: me dispara. Pienso en seguirle el juego simulando que me ha herido, pero renuncio y aparto mi mirada de la suya. Retomo la cuesta.

El camino se hace pesado por el barro y los charcos, pero le cielo tan luminoso y un olor que recuerda un poco a la primavera alivian el regreso. En algunos tramos soleados noto calor, sudo.

Llego a casa y me descalzo antes de entrar. Las niñas duermen. Silencio.


John Stockwell, "Sombras en un campo de trigo", 2007

1.14.2011

Nos ha pasado aquello
que nunca iba a pasar:
el tiempo con sus sombras.