11.25.2009

Pornoblog

Un bloguero cuenta que entre los comentarios dejados en otro blog ha leído el siguiente (en inglés en el original): "Crepúsculo es popular entre las adolescentes (y entre muchas mujeres) por la misma razón por la que la "novela romántica" ha sido popular durante mucho tiempo entre ellas: es pornografía para mujeres - emocional como la pornografía carnal.

Según la RAE:
pornografía.
(De pornógrafo).
1. f. Carácter obsceno de obras literarias o artísticas.
2. f. Obra literaria o artística de este carácter.
3. f. Tratado acerca de la prostitución.


Es decir, es porno aquello que ofende al pudor.

Visto todo esto, las posibles modalidades de la pornografía son infinitas. De hecho, este blog, para alguna persona podría resultar pornográfico. ¡Ay! Cuántos blogueros no nos bajamos los pantalones o abrimos la gabardina (del alma) más impúdicamente que lo que algun@s actores (del método, desde luego) se comen una tranca.
P.S. Después de revisar la entrada, compruebo que la definición del RAE excluye de la misma aquello que no sea obra literaria o artística. Así que:
1. Las pelis porno son obras de arte (¡Agárrate! Debe de ser eso que dijo ortega de la deshumanización del arte...)
2. Los blogs que no lo son, se agarrarán a lo de obra literaria para poder seguir siendo pornográficos




11.24.2009

Cuando seamos reyes



Si M. es la risa, el abrazo generoso, el exceso, C. es la sonrisa, la caricia, la inocente ternura… Será que C. es a su madre como M. es un poco a mí. Aunque luego, seguro, nos darán muchas sorpresas. Ahora la vida se muestra benévola.


El nuevo disco de Quique González es una pequeña maravilla. Una obra de artesanía, que, en mi modesto entender, puede ser bastante más apetecible que algunas que se dicen de arte.

Verbatim:

“Seguramente, la actual democracia no ha conseguido la generalización de la soberanía, pero sí su multiplicación. Lo cual significa que, aun cuando no se ha logrado hacer rey a todos, ha aumentado, sin embargo el número y tipo de reyes.”
(Glosas al vivir de París, 1906)


Eugenio d'Ors , París. Ed. Funambulista 2008 , pág 64

11.20.2009

Vasos Comunicantes


Ayer, M. desordenaba las estanterías con mucho esmero y construía inestables y tambaleantes columnas con los discos compactos. Si le preguntas, M. dice que es buena y que se porta bien, pero su padre le riñe bastante. Cosas de la(s) edad(es).

Recolocando luego discos y libros, fueron a caer juntas la antología de José Ángel Valente (Un fulgor) y la de Ángel González (La primavera avanza) y pensé que poco tendrían que decirse los poemas de uno y los de otro, aunque vaya usted a saber…

También con los discos se produjeron parejas extrañas.

Ahora pienso que debiera tener cuidado en estos ordenamientos y así, por ejemplo, colocar a los rocosos roqueros (White Stripes, Wolfmother…) cerca de aquellos en quienes puedan descubrir otras voces y viceversa (Cecilia)


11.17.2009

17 de noviembre 1999


En noviembre de 1999 , vivía yo en Pamplona trabajando como visitador médico. Recuerdo perfectamente que escuché en radio 3 la noticia de la muerte de Enrique Urquijo. Estaba dentro del coche aparcado, probablemente hacía tiempo para que me recibiese algún médico.
No sé si la noticia la dieron el mismo día de su muerte o el siguiente, pero el hecho es que Enrique Urquijo murió abandonado en un portal, frío y, cómo no, triste, un 17 de noviembre hace ya 10 años.
Poco puedo añadir yo a lo que tantos han escrito y contado de él. Sólo puedo recordar a esa niña María que hoy ya no será niña, ésa que debía agarrarse fuerte a Enrique para que éste no tuviese frío y pudiese dormir.



11.05.2009

Pliego de descargo

A Marina, que no obedece

Puede que llegue un día, cincuenta años
más, cuando seas tú la que me digas:
Ven. Siéntate aquí. ¿Traes la tarjeta?
Y, yo desobediente me rebele,
tembloroso rebusque en los bolsillos,
pañuelos, papel, trastos rotos, puede,
que atesore de viejo en mi chaqueta
¿Te la di en casa, no? (Mi memoria, ¿sabes?)
Quizá tengas paciencia, quizá no,
y debas de buscar entre mis cosas
¡Qué desastre papá! Si ya te llaman
Ay, hija no me grites, soy tu padre.

Quizá llegue el momento, si llegamos,
de escuchar tu voz airada y saber
que aprendiste a reñir, como esta noche,
y en otras regañinas te enseñé.
Puede ser que me enfade y refunfuñe
mas ten seguro, niña, que suplico
y rezo por que llegue, venturoso,
(“Papá, haz el favor y siéntate aquí")
en cincuenta años más, ese futuro.