aunque escapen sin casi suceder,
aunque sean rutinas más que tiempo,
aunque él ya no esté y ya no importe.
Estos días que huyen son tu vida,
recuerdos de una mano entre tus manos
y de todas las cosas que se han ido
y esperan junto a todo lo importante.
Tu podrás decir que hemos vivido,
que acaso lo que vale es un misterio,
y comprendas que el tiempo nunca vence,
que es la vida un instante, siempre el mismo,
que cabe entre tu dedo y su mejilla.
La luna. Crepúsculo, 1898, Isaac Levitan |
Bravo Mr.K -tan preciso siempre- empieza bien el año poéticamente hablando... espero que lo demás también. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Céfiro. Tengo algo abandonado el mundo blogueril, pero seguimos en la brecha. Nos leemos.
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