1.30.2013

El mal ajeno es mi mal

De mis pecados (que si no son todos, sí podrían ser todos si me dan tiempo y lugar) el que más vergüenza me da reconocer es el de desear el mal ajeno. Hace poco, sin ir más lejos, recordaba a un conocido al que llevo tiempo sin ver y, de forma inconsciente, me asalta este pensamiento: "Ahora, con los recortes en tal y cual, me imagino que le irán mal las cosas, quizá no le hayan renovado el contrato";  aunque realmente, una traducción más fiel al original sería: "espero que le vayan mal las cosas, que no le hayan renovado el contrato". Muy próximo a la envidia, pero peor... más cabrón.


Rudolf Frentz, Amazona, 1925

2 comentarios:

  1. es valiente reconocer eso, que nos pasa a todos toditos, en diferentes grados, afortunadamente. me gusta mucho tu blog y agradezco la brevedad de los escritos

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  2. Muchas gracias por tu visita y tus comentarios. Yo también agradezco las entradas breves en los blogs.

    Un saludo

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