Una colina en Iowa
Suena bien:
Un campo de trigo resplandeciendo
con toda la luz del mundo.
El cálido sonido de las espigas
mecidas por el viento.
Escindida del horizonte
una colina y en su cima una granja.
En el interior una mujer
haciendo café y por toda la casa ese olor
a pastel de manzana y canela.
En el cobertizo, junto a un viejo Ford,
un hombre acaricia a un perro.
Me acercaré.
Pediré que me alojen
por una noche.
Fingiré que estoy de paso
Andrew Wyeth, El mundo de cristina, 1948
P.S. Este poema de Pablo Casares, tan narrativo y con algo de romance, pertenece al libro Fingiré que estoy de paso, que no tengo y que busco y busco....
Pablo Casares es una de mis debilidades. Y su libro, inencontrable.
ResponderEliminarA mí también me gusta mucho. Si encuentras el libro, avísame.
ResponderEliminarGracias por la visita