Te observo en una foto de las últimas
que guardo y te apareces: pelo negro,
ojos claros, bigote,
arrugas pronunciadas en la frente.
En efecto, así eras,
en aquella centésima, o menos, de segundo
tan próxima al final.
Cada cosa en su sitio, pero todo
ruinoso, estropeado; tu vejez
de infinitos instantes hilvanados
Medito sobre la resurrección
de la carne, en misterios de este tipo
que profeso inconsciente.
Pasa el tiempo y apenas me percato
de que es tarde y la foto se ensombrece.
Tan sólo una centésima,
o menos, de segundo,
acaso como todo
si atañe a lo escondido.
Jeffery Hein, Patience, 2007
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