6.12.2009

Los años (hasta ahora)

I



No suman lo mismo los años ahora que antes. Debe de ser que se devalúan, que se empequeñecen; porque, si antes un año era una vida, ahora los años no son sino puntos entrevistos del camino, hitos que habrá que marcar para fijar los recuerdos, para hacerse un historial; y poco más.



Debe de ser que los años se dan importantes en los comienzos, cuando les pedimos: “sé bueno”, “tráeme fortuna”... y suponen que podrán guiar nuestra historia, que serán definitivos. Luego, van cayendo, empujados siempre por el siguiente, que les dice: “¡Inútil! tú no has podido, déjame a mí”. Y así se nos vienen, primero imponentes y luego menos, hasta que los conocemos bien y les decimos: “Pobrecitos mis años, ya no me asustáis. Ya os cuento juntos, de diez en diez” .

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