Os diría algunas cosas, aunque pocas de las que pienso las tengo por ciertas y más bien las intuyo o las deseo. Así, por ejemplo, podría deciros que tratéis de dar vosotras respuesta a las preguntas y que no dejéis que os las den otros, que no aceptéis las respuestas prefabricadas.
Que pienso que las preguntas han debido de ser las mismas a lo largo de la historia, universales; pero que las respuestas habrán de ser muy humanas, únicas.
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Thomas Eakins, La mujer del artista y su perro, 1888 |